El malestar de las ciudades. Jorge Dioni López

 


Hay personas que tienen la capacidad de coger asuntos complejos, como la ideología que hay detrás del urbanismo, el turismo o la gentrificación y hacerlas llegar a un ciudadano no especializado, como es mi caso, para que las entienda y las disfrute. Para mí, Jorge Dioni López lo hizo en su primer libro, "la España de las piscinas", que me dio varias horas de felicidad y que me llevo a subrayar muchas páginas.  En este segundo "El malestar de las ciudades", que es una especie de segunda parte, el gozo continúa. Para mí, que he tratado de hacer divulgación científica sobre mi campo de estudio, es un placer ver las metáforas, las imágenes, las muletillas que el autor crea para acercar la realidad al lector. Sentido del humor y capacidad literaria al servicio de un tema complejo y que, por desgracia, supone un problema grave para mi generación: el pobre acceso a la vivienda y la deshumanización de las ciudades.

Dejo algunas ideas centrales del libro (hay otras muy interesantes), siempre desde las perspectiva del autor:

"Nuestras ciudades son productos que se han puesto en el mercado"

"En Mallorca hay cuatro mil agricultores y cuatro mil inmobiliarias". Con este dato se resume el problema. Según el autor, la ciudad se va vuelto un producto, no un lugar para vivir. El objetivo no es hacerla habitable para sus residentes, sino trocearla, privatizarla y ponerla en el mercado para generar valor. No importa si ya no se puede vivir en ella, lo importante es que se pueda monetizar el espacio.

"Da igual cuál sea el problema: la solución siempre es turismo"

Según el autor, el turismo es una forma de generar riqueza que, pese a un valor innegable en nuestro país, tiene consecuencias negativas. Especialmente, si es todo lo que un país tiene en mente para generar riqueza. Dos problemas clave: a) dispara el precio de la vivienda, b) es un modelo muy extractivo, es decir, genera riqueza pero la concentra en muy pocas manos.

"Las ciudades ya no son de los residentes"

"Por Barcelona pasan al año doce millones de turistas, en la ciudad ya no se habla catalán, sino inglés". Con esta idea el autor expone de forma clara que, si la ciudad sufre una enorme turistificación, deja de pertenecer a sus residentes. Estos ya no pueden vivir allí, ya que el precio de la vivienda se ha disparado. La ciudad pertenece ahora a gente que está de paso y la riqueza cultural, el idioma, los comercios, las costumbres, etc., se pierden. La ciudad es ahora de las franquicias y de las plataformas de alquiler turístico. En algunos barrios de Málaga, hay ya más viviendas en alquiler que vecinos empadronados.

"Necesitamos un Guggenheim"

Según Jorge Dioni, siguiendo el ejemplo de Bilbao y el Guggenheim, muchas administraciones han pensado que lo que había que hacer era construir un enorme punto de atracción (llámese parque de atracciones, centro de convenciones o museo) para revalorizar el espacio y generar riqueza. Da igual si la ciudad lo necesitaba o no, si lo podía asumir o no el entorno o si cubría las necesidades de los residentes. Esto ha llevado a problemas en la convivencia, la movilidad y el acceso a la vivienda. También a grandes fracasos. El autor pone el ejemplo de la "Ciudad de la Cultura" en Santiago. Una ciudad que ya tiene un emblema, la catedral y cuyo macroproyecto acabo en una pérdida de fondos públicos porque no respondía a las necesidades del entorno.

"No hay culpables individuales ante problemas que son estructurales"

Cada ciudadano es, en parte, víctima y verdugo, ya que el problema es estructural. Tú contribuyes, con tu turismo, a que otros no puedan comprarse una casa en Málaga, Santiago, Barcelona o Mallorca. Otros viajan y disparan el precio de la vivienda en tu propia ciudad. No es un problema que se pueda resolver partiendo de los comportamientos individuales. Aunque según él, lo que vemos "no es un fallo del modelo, es el modelo funcionando a pleno rendimiento". Jorge Dioni no da soluciones, solo describe. Tomar conciencia de un problema suele ser un buen comienzo para ofrecer alternativas.

En conclusión: muy disfrutable, muy pedagógico para los que no entendemos mucho del tema y muy interesante.

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